jueves, diciembre 19, 2019

Desamores


Mi madre jamás me sirvió una sopa, jamás sentí que me quiso nada lo que es nada, ella jamás me dio un regalo de cumpleaños, ni un sueter ni una playera ni nada que demostrara que me quería. 

No tuve suerte sino con mi padre, cuando muere mi madre ipso facto mi media hermana, Rosalinda me echó fuera de la casa de nuestra madre y cambió los cerrojos, me dijo que no quería volver a saber de mí.

Cuando vivía en casa de mi tío, éste siempre se encargó de decirme que yo era chaparro, feo y bobo.  La hermana de mi padre, la malvada Raquel, odiaba a mi padre y a mí más, jamás ocultó su odio, poco antes de irme del País, mi tío me invitó a comer, la famosa tía Raquel me arrancó el plato de comida y me dijo que si quería comer tenía que pagar la comida, mi tío muy satisfecho aceptó el dinero que pagué para poder comer con mis tíos.  Mi tío sentía un placer enorme en ver que sufriéramos Pedro y yo, siento que a Pedro le fue peor que a mí, a Pedro lo aniquilaron, la tortura moral a la que lo sujetaron siempre fue inefable.

El caso es que dello deriva la falta de solidez que presento, dello deriva el que yo estoy ciertísimo de que no merezco yo un viaje, una casa, un auto, un empleo, siempre siento que todos merecen todo excepto yo, siempre barrunto que esa carencia me viene desos desprecios de mi madre y de mis tíos.  Creo que hize bien en alejarme para siempre jamás dellos. 

Por esas carencias es que presento dificultad a responder, a defenderme, y cuando lo hago lo fago contra mí.  Por ello no presento mucho apego a la vida, por ello siempre veo el fin desta mi vida como un fin a ese vacío que presento.

La traición de los que me odiaron gratis por ser homo, yo me porté mucho muy bien por ejemplo con los Díaz, y el famoso quesque tío con la esposa y la hija me fueron a gritar a mi casa que yo era un asqueroso puto; si hubiera yo sido sólido les habría contado que tenían ellos un hijo puto también.  A ésos que yo invitaba a San Miguel, al cinema, que les daba regalos, que hasta les llevé comida, todo era comedia, no había el tal amor que yo creía existía hacia mí, pura escoria, todo era comedia.

martes, noviembre 26, 2019

enrique


Estando yo ya allende la frontera de mi país, de súbito mi familia me aparece que recibe letras anónimas que cuentan mi despedida en el restaurante Sanborns a la que sólo fue invitado el pseudoamigo Enrique, en esas cartas se da cuenta de mis correrías amatorias, de mi vida íntima a la que sólo ese enrique tenía acceso, yo por mi parte igual, recibí cartas anónimas de ese enfermo mental en que me informaba que lo que yo le había encargado, entre ello un cuadro que mi abuela me trajo de El Prado de Madrid, una reproducción de El Greco, lo había abandonado en la calle.  Eso es un amigo, justamente eso es el famoso amigo al que ayudé yo.  Parece que estaba celosito de que su amante, otro demente, se me fue a ofrece a mi casa, pero hasta el mismo enrique supo que yo nada hice con esos ofrecimientos de su demente amiguito que me puso esa celada tan simple y tan baja como lo era él, pues ese pobre hombre era un tipo de baja estofa y de mala catadura dicho a la real de España.

lunes, febrero 04, 2019


Han transcurrido decenios y hoy me llega a las mientes la nueva de que, empleo eufemismo, el conde de Miravalle tuvo los redaños de invitarme a su boda, y ha menester avisar que fue de lo más señalado y rumboso en la sociedad esa boda prosopopéyica de el señor conde de Miravalle, y esto amén de haber refocilado entrambos antes desa refulgente boda henchida de lo alta sociedad mejicana. 

El lado obscuro, el lado tristísimo, es que dos tristes de triste memoria, dos opacos que, habiendo podido evitarme escisión, afrenta sobre algo que yo no fize ni pretendí consumar, nada hicieron, y eso que igual, refocilé con esos dos hombres que, se dicen muy hombres, machos, denodados, impertérritos, y cuando hubo menester de demostrarlo fueron timoratos, viles, ruines, callaron la verdad que pudo evitarme esa afrenta inmerecida, infame, injusta.
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