Mi madre jamás me sirvió una sopa, jamás sentí que me
quiso nada lo que es nada, ella jamás me dio un regalo de cumpleaños, ni un
sueter ni una playera ni nada que demostrara que me quería.
No tuve suerte sino con mi padre, cuando muere mi madre
ipso facto mi media hermana, Rosalinda me echó fuera de la casa de nuestra
madre y cambió los cerrojos, me dijo que no quería volver a saber de mí.
Cuando vivía en casa de mi tío, éste siempre se encargó
de decirme que yo era chaparro, feo y bobo.
La hermana de mi padre, la malvada Raquel, odiaba a mi padre y a mí más,
jamás ocultó su odio, poco antes de irme del País, mi tío me invitó a comer, la
famosa tía Raquel me arrancó el plato de comida y me dijo que si quería comer
tenía que pagar la comida, mi tío muy satisfecho aceptó el dinero que pagué para
poder comer con mis tíos. Mi tío sentía
un placer enorme en ver que sufriéramos Pedro y yo, siento que a Pedro le fue
peor que a mí, a Pedro lo aniquilaron, la tortura moral a la que lo sujetaron
siempre fue inefable.
El caso es que dello deriva la falta de solidez que
presento, dello deriva el que yo estoy ciertísimo de que no merezco yo un
viaje, una casa, un auto, un empleo, siempre siento que todos merecen todo
excepto yo, siempre barrunto que esa carencia me viene desos desprecios de mi
madre y de mis tíos. Creo que hize bien
en alejarme para siempre jamás dellos.
Por esas carencias es que presento dificultad a
responder, a defenderme, y cuando lo hago lo fago contra mí. Por ello no presento mucho apego a la vida,
por ello siempre veo el fin desta mi vida como un fin a ese vacío que presento.
La traición de los que me odiaron gratis por ser homo, yo
me porté mucho muy bien por ejemplo con los Díaz, y el famoso quesque tío con
la esposa y la hija me fueron a gritar a mi casa que yo era un asqueroso puto;
si hubiera yo sido sólido les habría contado que tenían ellos un hijo puto
también. A ésos que yo invitaba a San
Miguel, al cinema, que les daba regalos, que hasta les llevé comida, todo era
comedia, no había el tal amor que yo creía existía hacia mí, pura escoria, todo
era comedia.