En general uno ve los horrores de lo que hacen los gringos, los musulmanes, los judíos, los evangélicos, y la mala fe, la falta de cerebro, la falta de moral, la baja moral, la indecencia, la mala leche, el ser mal parido, el ser hache pe, y de hecho no hay que ir mucho muy lejos, no hay que ir a Ucrania, no hay necesidad de ir a ver a los israelitas ni a los rusos ni a los gringos.
Hace ya un año que, según el candyman, el hombre de arriba de mí, que echó una cantidad ingente de aceite en la tarja, que dicho de paso, el hombre de arriba declara que no fue él sino que fue el hombre que se fue dese departamento, bien. El candyman pide que le deje desde mi alabañal destapar el albañal de el hombre de arriba, zafa la tubería, intenta su hazaña, no lo logra, coloca nuevamente los tubos, y, al paso de los meses me reclama que yo echo agua al departamento de abajo, no sé de lo que me habla, y no lo sé pues dejó mal fijada la tubería que él mismo zafó para hacer su enhechizo. Aparece acusando nuevamente que echo agua, vamos a la tarja y obvio que cae agua de el desajuste que el candyman hizo él mismo, me sale con que la tubería es vieja, le dije que no, que era nueva. No tiene la honestidad ni la honradez ni la elegancia de aceptar su trabajo mal hecho.
Luego de preguntar si han acabado sus trabajos, la señora me responde que sí, y que como estoy contento debo de reportar cinco estrellas y felicitaciones, pero felicitar a un candyman que hace mal su trabajo, y que no tiene la moral de aceptar sus yerros, sino como persona de baja estofa, acusa. Y la señora igual tan poco elegante que ordena las estrellas que debo de poner, siendo que, cuando se hace un sondeo, es uno el que decide la cantidad de estrellitas que uno piensa que merece la empresa, me parece sumamente irrespetuoso, pues me trata como a tarado mental, o a ignaro, cuánto debo de poner por agradecer el mal trabajo, además de acusarme de echar agua cuando, el señor candyman debió concebir la probabilidad de su trabajo mal realizado. Se infiere que conoce sus capacidades, sus incapacidades, sus limitaciones para saber hasta dónde es causa suya y desde dónde es causa mía. Hay que saber que, tomo un vaso con agua el que lavo una vez por semana, no más, jamás cocino allí ni, por ende no lavo trastes que no uso, de hecho sobre la estufa tengo cosas, hace veinte años que no la uso, así que hay que ser muy mala persona para acusarme de lo imposible, de que lanzo aceite y de que echo agua, si jamás en dos decenios no he cocinado ni un café siquiera. Así que pensar que el Mundo mejora, no veo cómo pueda mejorar con estos humanos tan humanos, o sea, tan inhumanos. Espero no me envíen al jayán que suelen enviar para asustar.