jueves, octubre 21, 2021

peluconas

 

En mis ecuaciones, todas erradas por supuesto, estaba que si yo me portaba bien con las gentes, éstas en reconocimiento sabrían reconocer este valor.  No, nada de eso, al contrario, doy, ayudo y al final la gente me traiciona, paga mal.  Ya no es como era con la familia F que la madre era todo amabilidad, el padre era todo amor por su hijo y por mí, el reconocimiento a mi conducta era instantáneo, pero esa familia fue única, por ende, irrepetible, quizás se da una familia así cada mil años en la Tierra.

 

Los humanos son como las fieras traidoras a las que alimentas y al paso te atacan, y a eso llaman humano, eso es el humano, muy humano ser humano a esa manera.

 

Pero lo lindo, lo bello, es que al final de esto salgo yo ganador pues que es mejor ver la realidad del humano que vivir engañado como lo fui por la Covadonga, a la que yo quería mucho como fue el caso igual de mi media hermana, y todo era fingido, nada era verdadero, todo eran fingimientos, apariencias de algo bueno, santo, puro, diáfano, y no, sólo era una pieza de teatro llena de trapazas.

 

Hoy, gracias a Guerrero y a otros, estoyn conscientísimo de que todo es fingido, de que todo es sólo para lograr obtener algo de uno y no más, nadie ama al famosíto prójimo, eso es cuento de Mali, eso es cuento de bíblicos, de evangélicos, de malandrines, de nefandos seres.  El hombre conoce el precio de todo, el peso de hacer uso de los otros, el peso en oro, el uso y abuso hace que la gente valemos en onzas auríferas de peluconas para los demás, siempre en función de cómo somos útiles, cómo servimos, no más.