jueves, noviembre 11, 2021

cavilo

 

A veces pienso que el tío mío Antoñito, junto con sus hermanas, mis vírgenes tías quedadas, no perdonaron a mi padre ni a su hermana Guadalupe, el que hayan abandonado el celibato impuesto por esa moralina barata de esa sociedad católica.

 

A veces me apetece creer que esa demencia de "pecado" de lujuria de mi tía Lupe y de mi padre, jamás plugo y jamás fue perdonado por esos enfermos quienes, para sacar su frustrada sexualidad frustrada, siempre peleaban como fieras, siempre con un límite y, sin jamás poder arreglar nada.  El más perdido era mi tío Antoñito, él de la nada se enrabiaba, sobre todo la música lo irritaba sobremanera, aun cuando él decía admirar la música, era intolerable para él escuchar música, la que fuera.  Su hermana María, decía la extraviada, que tenía el carácter fuerte mi tío Antonio.  Es la lectura más extravagente que puede hacerse de la demencia.

 

Entre ellos mismos se vigilaban la pureza del cuerpo, una demencia total, eso contrastaba con mi persona pues que yo salí sumamente rijoso pues que me encantó follar con todo el mundo, eso de que el pecado no era para mí.  Es como ir a predicar a los homicidas que el matar es pecado, es lo mismo, claro que yo daba placer y no sufrimiento como lo hacen los homicidas, queda claro que en ese aspecto el Dios que inventaron los machos de Oriente Cercano erraron en el peso de los pecados pues, no es lo mismo hacer la naturaleza, que eliminarla.  Consumar la naturaleza es lo más agradable que hay en el Mundo.  Matar a la naturaleza es lo más espantable que hay en el Mundo.

jueves, octubre 21, 2021

peluconas

 

En mis ecuaciones, todas erradas por supuesto, estaba que si yo me portaba bien con las gentes, éstas en reconocimiento sabrían reconocer este valor.  No, nada de eso, al contrario, doy, ayudo y al final la gente me traiciona, paga mal.  Ya no es como era con la familia F que la madre era todo amabilidad, el padre era todo amor por su hijo y por mí, el reconocimiento a mi conducta era instantáneo, pero esa familia fue única, por ende, irrepetible, quizás se da una familia así cada mil años en la Tierra.

 

Los humanos son como las fieras traidoras a las que alimentas y al paso te atacan, y a eso llaman humano, eso es el humano, muy humano ser humano a esa manera.

 

Pero lo lindo, lo bello, es que al final de esto salgo yo ganador pues que es mejor ver la realidad del humano que vivir engañado como lo fui por la Covadonga, a la que yo quería mucho como fue el caso igual de mi media hermana, y todo era fingido, nada era verdadero, todo eran fingimientos, apariencias de algo bueno, santo, puro, diáfano, y no, sólo era una pieza de teatro llena de trapazas.

 

Hoy, gracias a Guerrero y a otros, estoyn conscientísimo de que todo es fingido, de que todo es sólo para lograr obtener algo de uno y no más, nadie ama al famosíto prójimo, eso es cuento de Mali, eso es cuento de bíblicos, de evangélicos, de malandrines, de nefandos seres.  El hombre conoce el precio de todo, el peso de hacer uso de los otros, el peso en oro, el uso y abuso hace que la gente valemos en onzas auríferas de peluconas para los demás, siempre en función de cómo somos útiles, cómo servimos, no más.

domingo, febrero 07, 2021

PARADOJA

Yo soñaba con ser escritor, pero por tantos maltratos de mis dementes tíos pues... lograron que tuviera la idea de que yo jamás tendría casa, ni buen empleo ni lo que todo individuo logra que es una casa, un automotor, viajes, todo eso lo sabía cancelado, anulado para mi vida mía de mí.  El desprecio de mis tías y de mi tío hiciero que fuera yo timorato.

 

En esos avatares que según del Destino, de la Fortuna.  Yo jamás supe ni sé dónde coños ubicarme, esto es que, si soy cortés y el otro quídam no lo es, frustración, si soy lépero y la otra persona es amable me siento que hice mal. 

 

Paradoja es que, la dama más fina y más bondadosa que conocí, Hortensia Mass de Font, siento que me hizo el peor de los servicios.  Esto es que ella fue conmigo generosa, bondadosa, era una dama de febles maneras, una fina dama de la alta sociedad mejicana.  Ella fue para conmigo siempre comprensiva, generosa, buena, una verdadera madre, la que yo jamás tuve.  Esta dama fina y elegante de adamadas maneras, me hizo el mal servicio de, que yo pensara que así como ella había otros seres, y no, jamás nunca jamás hallé otra persona así de bondadosa, de generosa, de decente, de noble como ella, eso me hizo vivir errado en que habrían otras personas como ella y no, no es así, esto me hizo el mal de trastabillar siempre, y de cometer errores al confiar en palurdos zafios de baja estofa y de mala catadura, al pensar que eran gente correcta, y no, eran necios de la peor laya y talante.

La familia disfuncional mía

 

La familia disfuncional mía

Tan insolentes y anormales eran mis tíos Antoñito, Raquel y María de Lourdes que, una vez que tuve la osadía de llevarme conmigo a mi primo huérfano, quien vivía con estas tías mías, hermanas de mi padre, a un paseo para hacer fotografías de fachadas barrocas de mi Ciudad, me gritonearon y me llenaron de ofensas, sólo por haberme llevado a mi primo conmigo, y con compañeros de la universidad para hacere fotografías de fachadas barrocas de mi ciudad.  

 

Hoy, pasados los años, quizás que era el temor de que como yo era gai pues que quizás que tenían la demente idea de que los gais siempre violamos a menores, pero desto no estoy seguro sino que sólo barrunto esto como causa.  Lo más probable es que fuera la demencia o delirios de gente enferma que, tiene que dividir para controlar de manera enferma pues que mi parentela ésta, de normal ni de salud mental tenía nada en la sesera. 

 

El comportamiento de mi familia era completamente anómalo, sobre todo el de mi tío Antoñito y el de Raquel, el de Antoñito presentaba muchas veces buenos sentimientos, pero en general no había muchos sentimientos en ninguno de ellos, eran insensibles, más era actuación que algo auténtico y verdadero, fingían amor pero en la realidad no lo conocían.  Siempre sentí que esa insensibilidad venía de mi abuela paterna pues ella no presnetaba jamás sentimientos por nadie.  Siempre pensé que por ello mi abuelo Policarpo Escobedo Morales la dejó para irse con otra señora a Guadalajara en el Estado Xalisco, con quién tuvo otros hijos que no conozco yo.