miércoles, noviembre 30, 2022

 Mi tía María.  La que medio me quiso; medio me quiso pues cuando yo era niño me llevaba a Wolworth a comprar esferas para el árbol de Navidad, a veces me compraba algo, a veces me llevó al cinema.  Ella amó o medio quiso a una imagen de lo que yo no sería nunca, esto es hetero, por ello me llenó de injurias, de denuestos, de oprobios porque yo era yo.

En la realidad la pobre jamás tuvo placer carnal pues fue señorita, esta clase de mujeres son vírgenes como la famosa Virgen la de la religión, la que jamás existió, y si existió pues fue abusada por un viejo de 78 años siendo ella de trece o doce años de su edad.

Cuando me iba para siempre jamás lloró mucho.  Eso me desconcertó sobremanera pues si no me quería nada lo que era nada, esto por insidia de la hermanita que igual, señorita, en todo caso, me largué para siempre jamás y nunca más nos vimos.  Supe que falleció ya, nadie me avisó de su deceso.

Tan tonta de no haber disfrutado de hombres, tan tonta que pasó por la vida sin disfrutar nada lo que es nada, al final yo tenía razón y ella vivía en el error craso de, seguir los cánones aberrantes de la sociedad, la que impone lo que llaman pureza, zarandajas de bobaliconas y de bobos.

viernes, abril 01, 2022

El santo

 Hay veces que existen santos, recuerdo yo al fabuloso Asdrúbal Trujillo, quien jamás ha aceptado mi solicitud de amistad en fb, a saber.  Lo que sí le reconozco a ese fabuloso hombre es que durante meses cuidó de mi madre, le hizo todo, diario la iba a ver, le hacía las compras, le veía las medicinas, vigilaba que estuviera bien, un verdadero hombre admirable que cuidó a mi madre mientras nosotros trabajábamos, claro que no puedo decir que mi madre quería mucho de mí, no, nada, ella estaba más feliz sin mí, a veces creo que estaba más contenta con Asdrúbal que conmigo, en la realidad al que quería mucho era a Jorge Antonio el hijo de Rosalinda, a él sí lo quería y no a mí, es como si le hubiera yo hecho algo, ella tenía odio a mi familia paterna, no la culpo nada, una familia disfuncional a más no poder, pero como sea yo no tenía la culpa de haber nacido en esa familia, ella sí era culpable pues que ella fue la que refociló con mi padre para engendrarme.  En dado caso, recuerdo siempre al buen Asdrúbal un hombre siempre sonriente y como se suele decir, bueno, un hombre bueno.