miércoles, marzo 17, 2010

PLAÑIDO




Siempre será, para mí, insufrible escuchar a un inmigrante que ataca, deturpa, mancilla, o más bien sólo pretende mancillar, las personas que todo le dan. Estoy hablando de las personas inmigrantes que llegan a solicitar asilo político al Canadá, en llegando "ipso facto" reciben mensualmente dinero gratis en sus casas, dinero que paga electricidad, calefacción, renta, transporte, alimento, ropa. A más de eso grtuitamente el solicitante de asilo recibe gratis el cien por cien de los servicios médicos, evidentemente para los detractores dirán que miento pues el Canadá no paga las cirugías plásticas, es obvio que caprichos para corregir lo que natura dio como hórrido son gastos superfluos que no son cubiertos en ese sistema universal de Sanidad Canadá. El candidato a Asilo Político recibe con el talón de el cheque "ut supra" citado, ropa gratis y alimento virtualmente gratis por doquier pues hay una centena de Bancos Alimentarios en las ciudades canadienses. Además ese cheque le otorga durante cinco años cursos gratis de idiomas para que tenga la facilidad de comunicarse y vivir correctamente con los idiomas del País.

También el sistema que es el Gobierno sacrosanto de S.M., con tan sólo presentar el talón del cheque multicitado paga gratis al abogado que representará a ese solicitante de asilo.

Así y todo, mucha gente que logra escapar de la miseria, de la incultura, de el cuarto de tabiques desnudos con el techo de asbesto con lámina, esa gente que ostenta máximo tres años de Primaria y que su sóla música es la salsa y la cumbia, y sus sólas lecturas son los subtítulos de la película estadounidense en la que se ven volcaduras de coches y persecusiones de matones con Bruce Willis y Stallone. Esa gente para quién no existe Bach ni Vivaldi, ni Cervantes ni Óscar Wilde, esa masa ingente de gente que no es gente que vivió la violencia del padre, la indiferencia de la madre, las palizas del novio-amante, esa gente para quien el buen ejemplo a sus hijas es vivir sempiternamente de la Ayuda Social (Welfare) (institución social-gubernamental que envía el dinero de manera gratuita al hogar de los menesterosos para subvenir a sus pagos), esa gente que inveteradamente está pegada a la película en su idioma ya que su hábito de no emplear el intelecto le impide coger un diccionario y ponerse a estudiar once minutos el idioma del país que la recibe, esas personas que no conocen la disciplina y que, su sóla disciplina es ir al centro comercial a ver qué sustraen o cuál bicicleta está sola en un parque para tomarla y huir con ella, esas personas que sólo andan observando fallas o intersticios en el sistema para defraudarlo no pagando la electricidad, la renta, el teléfono, robar el móvil, sacar a crédito aparatos para luego huir a su país que la parió, esos inefables personajes que describo, perpetran el abyecto hábito, la hórrida costumbre, debido a su falta de cultura, derivado esa baja costumbre ya de su incapacidad intelectual, de pretender deturpar al canadiense de origen, de veta, de variadas maneras, éstas son abyectas, los calificativos subjetivos salen alegres entre el humo del pitillo y el ron con cola, que si son racistas, que son torpes, que son fríos, que son vulgares, que no saben bailar, que... ¡que que que!.

¡La bajeza no conoce límites!. El ser abyecto, el ser sin hidalguía no conoce el reconocimiento y es malagradecido, es desagradecido.

Quizás esas personas actúan en ese desorden mental ya de sentirse inferiores y, para pretender aumentar sus valores que no poseen es que devienen detractores aberrantes y deturpan a la mano que todo les da inmerecidamente


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