domingo, marzo 28, 2010

IDENTIDAD LATINA

Veamos qué es la Identidad latinoamericana y un poco de la homosexualidad en los grandes personajes de la historia mejicana / mexicana.

Sorprendente paseo por los áulicos héroes mayestáticos de Palacio y mujeres heroínas de la Nueva España y su homosexualidad muchas veces no tan oculta.

Ser latino significa poseer orígenes raciales y lingüísticos que devienen de la cultura latina la que nace con los Romanos y con sus predecesores los Etruscos, paradójicamente esas culturas fueron eminentemente sexuadas (paradójicamente porque hoy Roma es un polo de repudio a la sexualidad) etruscos y romanos eran civilizaciones que tomaron la guerra, arte y sexo y religión como el centro de la vida y como un todo indisociable que interactuaba entre sí y era el quid que daba la vida al imperio; la civilización Etrusca sostenía la ginecocracia y la poliandria, esto es que las mujeres eran quiénes gobernaban y quiénes tenían varios hombres o esposos, así es que el machismo no existía en esos orígenes, más tarde con la influencia de los griegos Roma el imperio romano cambia el curso de la cultura sexual y deviene fundamentalmente homosexual en sus hábitos y usos sociales.

Estamos ya ciertos que nos identificamos como latinos gracias a Roma. Roma nos ha legado a más de la raza y lenguas la creación de las leyes en un código escrito que denominamos Derecho. Ella, Roma, impone su lengua, el Latín, en todo su Imperio. Las Provincias Romanas devinieron países o naciones, así nace Francia, Rumania, Italia, Provenza, Cataluña, Portugal, la Provincia Hispania será España, etcétera. Este Imperio Latino nace de la más elevada expresión del refinamiento cultural: la civilización griega. Grecia crea y da al Mundo la Filosofía, el Teatro, la Historia (Herodoto), la Ética; con su pensamiento hedonista crea el gimnasio y los Juegos Olímpicos. Grecia también es el Imperio de la sublimación religiosa, se recrea, como toda cultura y civilización superiores, en una complicada jerarquía célica; su panteón es equilibrado pues, han creado los griegos, dioses hembras y machos, dioses y diosas; hay dioses de cada figura metafísica, hay dios del Amor, de la Sabiduría, de la Fertilidad, etcétera.

Roma elige el politeísmo. Al politeísmo corresponde un polisexualismo o polisexualidad; al monoteísmo corresponde un monosexualismo o monosexualidad. Hoy somos la mayoría del planeta monoteìstas.

Todos los pueblos politeístas, sin excepción, han admitido la homosexualidad y la bisexualidad así como el hermafroditismo y todas las variantes sexuales. Los pueblos monoteístas son intolerantes ante el polisexualismo o polisexualidad. El monoteísmo es una creación de las tribus judías el Medio Oriente.

Hablar de Grecia es hablar de los más gloriosos hombres que siempre jamás la humanidad ha tenido, el mayor de ellos es Sócrates.

Platón en el Diálogo denominado “El Banquete” nos narra cómo con el coito que en él consumó Sócrates, es como le quita lo torpe y lo hace así un hombre sabio y brillante.

Las culturas al través de los tiempos han tenido siempre creencias y manifestaciones no muy acertadas. En Grecia -y aun en la Roma Imperial- se pensaba que el semen llevaba la inteligencia, el claro entendimiento y la Filosofía, por ello, las relaciones machistas en aquel entonces, eran homosexuales es decir, el Maestro, el Tutor el mentor se cogía al alumno varón: follaba al pupilo, al estudiante (un nexo no muy ortodoxo en nuestros días) para que el semen depositado en los jóvenes vía anal les diera brillantez mental (sólo había estudiantes varones, jamás estudiantes mujeres). Hoy sería la pedofilia que está tipificada por las leyes de muchos países. No sé a partir de cuándo es penada la pedofilia pues nuestros mayores se casaron en el siglo XVI casi siempre con niñas de alrededor de doce años, muchas veces hasta tuvieron que esperar algunos años para consumar el fin del matrimonio que es follar, hipócritamente le llamaban "procrear".

Con esa filosofía en la Grecia clásica las relaciones efébicas, es decir con efebos, son obligatorias hasta los treinta años, el hombre sólo después de los treinta años puede casar con mujer. La Mujer dicho sea de paso, es proscrita de la sociedad, se le destierra en la Isla de Lesbos; con espíritu machista se le aparta de los jóvenes para evitar que su femineidad afecte la virilidad de los mozalbetes, aún hoy se aleja a la mujer de los deportistas varones de balonpié, baseball, o "fut" americano con ese mismo fin de evitar su afeminamiento, no tiene ninguna base fidedigna pero así se concibe y percibe.

A la mujer siempre se le ha considerado como un elemento contaminante, en general la femineidad ha sido muy despreciada por el hombre por ello, se le castiga y se le aísla. Como vemos priva un machismo muy congruente pues los hombres sólo con hombres se involucran a todo nivel; hoy se siguen reproduciendo esos esquemas maniqueos de tener el macho sitios donde sólo él tiene acceso y se lo prohíbe a la mujer, basta ver las mezquitas árabes y los clubes ingleses reservados a varones, por sólo citar algunos casos. Es muy común ver que el hombre en la Historia fácilmente desprecia a la mujer, a veces cambia ese desprecio a otros modelos pero, hasta en nuestra América Latina se tolera más un homosexual varón que una mujer lesbiana como se tolera más un alcohólico que una alcohólica. Bien, más tarde la calidad social, otra cara del racismo, que lamentablemente en nuestros países latinoamericanos tiene raíces tan profundas que difícilmente podrá ser erradicada pues, es un vicio la pasión que por la Clase Social presentamos, pues bien, màs tarde Solón impide que el hombre sostenga relaciones homoeróticas con los esclavos, si se permitían, al final de esa Era gloriosa de la humanidad son prohibidas; siempre el humano se ha fascinado con la represión como ésta sea. La represión le da a algunos poder y control sobre la masa.

Cuando el hombre de la Grecia antigua decide casarse con mujer, en el himeneo la mujer ante el tálamo nupcial, en la obscuridad , debe portar una piel de cordero sobre el pecho, para evitar así el impacto negativo en el hombre pues éste, habituado a los hombres, ya ahora posee un cuerpo lampiño, y no uno velludo como otrora.

El panteón griego tiene dos diosas del Amor, Afrodita (Venus en Roma) Pandemia que es la diosa de los parias y, Afrodita (Venus) Urania. Afrodita Urania es hija del dios Urano, éste, para engendrarla sin coito con mujer, se rasgó los testículos en la mar, y de la espuma del semen nació esta diosa que es la protectora del amor efébico o sea la diosa del amor homosexual denominado también homoerótico.

Si volvemos a Roma vemos son muy normales (en el sentido de muy comunes) las relaciones homoeróticas, basta ver qué dice Cayo Suetonio Tranquilo del emperador Cayo Julio César a quien le da el epónimo de “el hombre de todas las mujeres y la mujer de todos los hombres”. Julio César es denodado, rico, bello, poderoso y sabio, es el hombre que dijo “Alea jacta est” (“la suerte está echada”) cuando cruzó el Rubicón en pos de una conquista más para el Imperio. Bien, con esta monumental cultura greco-latina nace el país que funda nuestra identidad, que nos dio el ser: España.

Cuando el Imperio Español funda los países latinoamericanos (Guatemala, Argentina, Méjico, Honduras, Perú, etcétera, es un ente religioso fanatizado como todo el Universo en ese estoico momento histórico lo es (Séneca). Lo grave: el Reino de España posee las tres religiones judeo-cristianas-monoteístas y milenaristas que son intolerantes y por ende tendientes a cometer todo atropello y crímen. Por razones más políticas y económicas que morales o religiosas, persigue con un bestial frenesí, muy ortodoxo y dogmático, entre tantos pecados: la herética la pravedad y la apostasía, el ser homosexual es ser apóstata del Diablo según sus instituciones civiles y religiosas llamadas Brazo Seglar y Brazo Secular. Así la Santa Madre Yglesia (sic.) llevó a la hoguera, a la picota, a la mazmorra, a la horca o quemó en efigie homosexuales que por cierto no son miles como se cree, más se matan hoy en día.

Lamentablemente esas tres religiones medio-orientales cubren el mundo conocido con su sexismo, machismo y homofobia. Ni aún con su maquinaria criminal de terror (el Tribuanl del Santo Oficio de la Inquisición por citar un ejemplo de esa maquinaria) pudieron liquidarnos a los homosexuales (aun hoy más del 70 por cien del Globo mata homosexuales), no pueden liquidarnos ni podrán porque los heterosexuales nos engendran y, porque somos normales o sanos, incluso la Organización Mundial de la Salud así lo determina. Aun cuando Pro Vida y sus religiones dice que somos enfermos, no puede probarlo, son sólo afirmaciones gratuitas. Lo absurdo, lo paradójico es que la iglesia católica que como toda religión de Estado, nos odia a los homosexuales, se sirvió de miles de artistas homosexuales en la historia para fabricar sus maravillosísimos templos y palacios, el gran Miguel Angel es un ejemplo.

Nuestra historia mejicana está henchida de pasajes grandilocuentes en este rubro, en este campo tan delicado de la homosexualidad. En el siglo XVI el Soldado Cronista conquistador de Méjico-Tenochtitlan, don Bernal Díaz del Castillo, en su mayestática obra maestra de la literatura universal denominada: “Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España”, obra guatemalteca pues, en Santiago de los Caballeros de Guatemala fue escrita, dice del señor marqués del Valle de Oaxaca don Hernando de Cortés Monroy Pizarro y Altamirano, conquistador Capitán General de Méjico, hombre hierático, parsimonioso, denodado, rico, brillante estratega militar y estadista de altos vuelos que, “habiéndose reconciliado después de encarnizado pleito con el señor Gobernador de Cuba don Diego Velázquez de Cuéllar, durmieron juntos para señalar su entrañable amistad estos concuños, pues eran casados con dos hermanas”.

Coetáneo de Cortés, otro hombre clave en la conquista de Méjico, miembro de sus huestes es el dulcísimo don Jerónimo de Aguilar, éste es el traductor junto con doña Marina (llamada “la Malinche”) entre el emperador tenochca (que no azteca) y el marqués del Valle; Cortés le hablaba en castellano a Jerónimo de Aguilar, éste en maya a la Malinche y ésta en náhuatl a Montezuma Ilhuicamina a la sazón emperador de Méjico, dicho sea de paso se dice igual, Moteczuhma, Mutezuma o Motecuhzoma (Moctezuma castellanizado).

Jerónimo de Aguilar aprendió la lengua maya, después de haber vivido como esclavo de un cacique en Yucatán, Jerónimo cuidaba las indias del serrallo de ese reyezuelo del sureste mejicano, pues se caracterizaba Jerónimo por “ser piadoso y respetarlas totalmente amén que andaban ellas todas desnudas”. Estamos ciertos que sólo son eufemismos para evitar declarar que era homosexual y, evidentemente no tenía pulsión por la mujer este dulcísimo hombre; por ello en los libros españoles, que son los documentos con los que contamos, suelen emplearse términos cristianos como piedad, virtud y respeto, pues de quién siquiera se insinuara que era gay, acababa en las mazmorras del Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición quien después nos pasaba a la Sala del Tormento y finalmente al cadalso o a la hoguera, sólo porque nosotros vamos contra los designios divinos del dios según las religiones judeo-cristianas (quedando aquí comprendida la mahometana.

Para no soslayar la otra justificación, en aras de la verdad hay autores que argumentan que este Jerónimo no tocó ninguna india dese(sic.) gineceo porque le debieron parecer muy feas. Personalmente no lo creo pues, paradójicamente, el pueblo español no es un pueblo racista al menos en ese siglo pues, sino cómo podemos explicar el mestizaje. Justamente la mayoría de los iberoamericanos derivan de la mezcla de los españoles con los negros y con los amerindios mesoamericanos.

Ese sacrosanto Tribunal de la Inquisición lleno de piedad cristiana, para salvar nuestra alma en la Gloria Eterna, al igual que Hitler, nos asesinaba en Francia, Alemania, Italia y España del 1183 al 1834 años. Este fenómeno no cesa pues aún hoy se sigue con esa filosofía ejecutando este genocidio.

¡Y qué decir de los indios!. Don Francisco López de Gómara, hombre sabio y prudente , confesor del señor marqués del Valle de Oajaca o Oaxaca, alarmado escribe en su monumental obra de arte de la Literatura Universal denominada “Cosas Generales de la Nueva España o Hispania Victrix”: “estos indios son dados a ese placer y contento y son putos ellos en demasía, en detrimento de la Ley y Órden de Dios quien todo lo crió” (sic.). N.B. el original dice “ crió ” que es ladino el término hoy es “ creó ” pero eso es hoy y no ayer. En América del Sur Vasco Núñez de Balboa Adelantado del Siglo XVI con su tan elevada piedad cristiana mató con perros todo un pueblo de indios sólo porque practicaban como los Clásicos la homosexualidad como parte de sus ritos que los unían en vínculo con las ultraterrenas divinidades.

Lo raro es que ese mismo marqués del Valle en su Primera Carta-Relación de la Justicia y Regimiento de la Rica Villa de la Vera Cruz a la Reina Doña Juana y al Emperador Carlos V, su hijo dada en Nueva España en fecha 10 de julio de 1519, dice en hablando de los naturales (indios): "todos son sodomitas y usan aquel abominable pecado." No es nuevo en latinoamérica ver políticos homosexuales proferir diatribas histéricas contra la homosexualidad, eso nada tiene de nuevo.

En el siglo XVII en el Virreinato de la Nueva España (hoy Estados Unidos Mexicanos), figuran en este campo dos ínclitos personajes antagónicos entre sí, la castálida poetisa Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana, mejor conocida como Sor Juana Inés de la Cruz, lesbiana cuya imagen aparece en la moneda mejicana, mujer enamorada de dos excelentísimas señoras virreinas: la marquesa de Mancera, primero y, más tarde también de la marquesa de la Laguna quien asimismo era condesa de el dictado de Paredes de Nava. En su poesía hallamos su grande amor por esas dos damas de Villa y Corte. Por ser mujer Sor Juana, por ser libre y por ser lesbiana ganó el odio y la ira de el poderoso Arzobispo misógino don Francisco de Agvilar y Seixas (Aguilar y Seijas en español de hogaño) éste Su Ilustrísima es la otra personalidad a la que me refiero a quién su delirante misoginia lo hace más homosexual que otra cosa. El protervo Arzobispo Aguilar y Seijas "En su servidumbre jamás permitió mujer alguna; en sus frecuentes pláticas doctrinales atacó con vehemencia cuantos defectos creía hallar en la mujer" Lezamis cuenta que que oyó decir al Arzobispo "que si supiera que ha entrado una mujer en su casa, había de mandar arrancar los ladrillos que ella había pisado (…) No quería que en casa suya pusiesen manos las mujeres ni que le guisasen la comida ni oírlas cantar y ni siquiera oírlas hablar quería". Este señor en sus aberrantes delirios prohibió el estudio, la escritura y la música a Sor Juana a quién ordenó deshacerse de todos sus libros, instrumentos científicos y musicales. Lamentablemente no puedo extenderme sobre estos personajes tan perínclitos pero diré que en ese siglo la mujer tenía que casar con varón o con Cristo, la poetisa casó con Cristo en la fe. Aguilar y Seixas, rompiendo con el protocolo, no fue a apersonarse ante el excelentísimo señor visorrey conde de Galve cuando éste tomó a su cargo el gobierno del reino de la Nueva España justamente para no tener que ver a la señora virreina, porque era una mujer.

En algunos casos la misoginia tan natural para nosotros es sólo la homosexualidad reprimida, este Arzobispo frisó la obsesión mórbida. Nadie me diga que era heterosexual Aguilar y Seijas, tal como lo obliga el Papa.

El beato que yace en la Puebla de los Àngeles o Puebla de Zaragoza (a 123 Km al este del Distrito Federal capital de Méjico) Sebastián de Aparicio (siempre Sebastián) es beato no solamente por él haber hecho los primeros caminos carreteros de la Nueva España, sino por no haber tocado jamás a sus mujeres (¡¡¡¡¡?????). Este beato se casó más de cien veces según la leyenda. Realmente es aberrante ver qué bajo cayó la civilización con el oscurantismo.

La Monja-Alférez, religiosa que escapó del claustro para tener una vida licenciosa, obtuvo real permiso de Su Césarea Majestad Cathólica(sic.) el rey de las Españas para vestir ropas de varón, pues ella gustaba de escoltar diligencias de la Rica Villa de la Veracruz a la muy Noble y muy Leal Ciudad de Santiago de Méjico. Esto y lo que a continuación narro lo describe el Ricardo Palma mejicano, don Artemio de Valle-Arizpe, quien por cierto era gay; este don Artemio ascendió a miembro de la Real Academia de la Lengua Española, y es uno de los más preclaros historiadores que ha dado Méjico, además de haber llevado las letras de ese país al pináculo de la excelencia. Bien, don Artemio de Valle-Arizpe narra de un hombre que, allá por el siglo XVII cayó de las escalinatas del Real Palacio de la Civdad de Méjico en el Virreinato de la Nueva España(sic.), lo escandaloso fue que cuando le descubrieron para entablillar la pierna rota se percataron los protomédicos que era mujer, una mujer travestida de varón. Por ello pasó a la historia claro que, lamentablemente la piedad nos negó su nombre en los anales de la Historia mejicana.

Sería imposible agotar la infinita lista de hombres y mujeres gay, homosexuales y lesbianas que ha habido en la humanidad; aquí hemos hablado sólo de algunos famosos y famosas dentro de determinados períodos históricos y en lugares geográficos específicos.

Es inconmensurable el número de lesbianas y homosexuales que ha habido y que hay en la tierra pues, no podemos soslayar los cientos de miles de hombres y mujeres homosexuales que estuvieron y que están casados y casadas aparentando ante la sociedad una heterosexualidad o, los solteros homosexuales que siempre delclaran que “nunca jamás hallaron la mujer de su vida” para quitarse inquisitoriales interrogatorios.

Lamentablemente los países latinoamericanos y nosotros mismos, heredamos de esas instituciones totalitarias (intolerantes) e irrespetuosas, la costumbre de entremeternos en la vida de los otros con el pretexto del bienestar familiar y de “el bien social”, esto deriva en la falta de libertad y, en la falta de individualidad hechos muy graves; una reminiscencia de la tribu es el desmedido valor que le damos los latinos a la Familia, como si fuera el último bastión, como si fuera el último reducto contra todos los enemigos. Fácilmente caemos en el gregarismo animal como si fuéramos hormigas o abejas en dónde nadie es diferente y sólo cumple una función social. Actuamos como si las otras familias significaran un peligro y, la verdad es que es ahí dónde se ha apuntalado la decadencia cultural y moral de Latinoamérica, quien no lo crea vea la peligrosidad, contaminación, deuda externa, miseria, deforestación, criminalidad y corrupción que priva en esos tropicales países indo-afro-americanos. Debemos aprender de las sociedades eurpéas el respeto al individuo, a la individualidad, el respeto a la a la variedad o diferencia.

De todos modos, los homosexuales somos el 14 por cien de la población del mundo, sea en Nueva Escocia, sea en Nueva Caledonia, sea en Arabia.

Hoy los gobiernos derechistas preconizan con una desmesurada potencialidad el valor de la familia. Finalmente la Familia fue siempre una figura retórica creada por los monarcas en la antigüedad para el cobro de impuestos y control de los vasallos. La desmesurada y delirante apoteósis que se hace de la figura de la Familia, nos ha dado sociedades que ya no lo son. Las sociedades latinoamericanas ya no se reconocen a sí mismas, y peligra su permanecia en el tiempo. Por supuesto que no soy enemigo de la Familia como institución, en rigor, solamente, no me importa pues no es una entelequia. Lo genuinamente valioso es el respeto, la igualdad, la armonía, la solidaridad y la fraternidad, valores que hacen una sociedad sana y con futuro, con promesa de permanencia. y calidad de vida.

Las sociedades oscurantistas se obsesionan en el fundamentalismo religioso que habla de abstracciones que suenan más o menos bien, como el bien, el amor, la comprensión, la esperanza, la caridad, la misericordia etcétera pero no hablan de la realidad. Es más útil un decálogo que diga "sal y ayuda a tu vecino" o "ve a enseñarle a leer a un ignaro" pues decir ama a tu prójimo pues es una abstracción que no conduce a nada. Yo veo los fanáticos leen toda la vida sus libros religiosos y no hacen nada por nadie, eso me parece deletereo y peligroso, yo creo que la acción es lo que sirve a la humanidad no los rezos. Yo veo la gente gazmoña haciendo penitencia y vivir dentro de los templos, eso a nadie ayuda, tal vez al dios pero ¿y los hermanos? esos parece que no importan.

Culturalmente Latinoamérica somos más España y paradójicamente nos decimos indios de civilización. En lo racial somos eminentemente indios o amerindios y nos decimos latinos o sea españoles. He oído muchos chilenos, salvadoreños y latinoamericanos indo-africanos de otras latitudes del continente América afirmar orgullosamente frases como las que siguen: “en mi país no hay indios”, “en mi país no hay negros”, “en mi país no hay maricones”. Lo grave de estos asertos es que así como nuestro continente América es indo-afro-hispano-americano, también, es como cualquiera otro, un mundo abigarrado y, densamente poblado de homosexuales y, lo grave es que también está densamente poblado de necios hombres y mujeres racistas, sexistas, machistas y clasistas. Hay rubios de ojos azul que dicen ser indios y hay indios que dicen ser latinos pues así hay homosexuales homófobos pero hay que señalar que también hay muchos heterosexuales que no se afrentan y son amigables con los homosexuales, eso también se da, es la gente que no presenta miedos entre otras características.

Europa acuña la Democracia, Igualdad, Solidaridad, Subsidiaridad y la Fraternidad, la latinidad nos viene de Europa ¡qué bueno que sigamos siendo latinos! Delectarse con la nueva filosofía que también nos recrea es maravilloso, vivir esos novísimos conceptos de la filosofía actual nos puede dar una mayor calidad de vida. Pensar en la igualdad, solidadirad, fraternidad, en los nuevos valores que logran sociedades refinadas como la sueca, la inglesa, la holandesa, la australiana, como la mía canadiense y algunas otras más, es maravilloso, eso podríamos imponer en nuestras sociedades latinoamericanas. Si queremos que pervivan nuestras culturas tenemos que darle una salida a ese fascismo que permea nuestras culturas. Pensar en que somos iguales homosexuales y heterosexuales, es posible, varias sociedades lo han logrado, hay varios países nada religiosos y que han logrado enormes avacnes sociales como el Canadá, Noruega o España.

Para quienes viven miméticos con culpa la doble moral: los homosexuales y lesbianas casados y con hijos, homosexuales que sufren la ansiedad, la soledad y el aislamiento de no hayarse, los saludo y que pronto hallen su, identidad.

“no hay mujeres ni hombres normales, esa palabra no significa nada”
Octavio Paz, Premio Nobel de Literatura 1990.

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