viernes, febrero 19, 2010
MARITO
¡Marito venid!
Así yo le gritaba, al mismo tiempo que tocaba mi música de amores a un volumen estridulario para que mario y todo dios escuchara: "Un hombre busca una mujer" y "Amor de hombre" de Mocedades y "Hasta que te conocí", "Querida" de Juan Gabriel estas últimas. Era sabido de todo dios que Mario y yo follábamos con salaz placer y con harta frecuencia. Esto lo hacíamos en su cuarto de azotea pues que Marito venía de Tlanalapam, Estado Puebla, en Méjico.
Marito es el hipocorístico de Mario. Mario es hermano de mi compadre Armando, de Ascensión, Heriberto, Hugo y de Sergio todos Bautista de apellido. Había otro salas bastardo Martín Gilberto, también gay, todo un personaje pues no dejaba las drogas ni el alcohol por nada de este mundo, siempre Beto Salas juraba que dejaría ya de alcoholizarse pero jamás logró dejar su adicción ni al alcohol ni a las drogas, igual juraba que ya dejaría la polla pero menos le era posible pues era su naturaleza el ser puto.
A Mario lo follé innúmero de veces, tenía buen culo aunque no el mejor del mundo, era como todo pasivo, una persona que gozaba enormemente la polla, gemía y disfrutaba, claro que como evidencia de lo que afirma Nietzche en hablando de sexo y cristianos, el cristianismo dio de beber veneno a Eros, éste no murió pero degeneró en vicio, así Mario, en acabando de follar me decía que era para excitarse para ir a follar con su novia, con la que finalmente casóse.
El asunto se complicó cuando estando en una fiesta de esta familia, la madre de Mario me pide que la escuche, me dicen sus hijos que la madre de ellos quiere hablar conmgo. Con el temor a una tortiza escucho yo a la señora Sixta. La madre de Mario me dice que ella sabe que Mario y yo andamos. (Se entiende que andamos refocilando carnalmente), yo guardo silencio para no complicar las cosas. La señora Sixta dice que ella me entrega a Mario pero que tengo que cumplir dos condiciones: que le quite lo espita y que lo mantenga el resto de su vida. Obviamente que no manifesté interés por la primera condición y mucho menos interés manifesté yo por la segunda.
Mario casóse y yo me largué para siempre jamás. Con el transcurrir de los años sé que Mario sistemáticamente golpea a su mujer.
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