La pérdida de Michael Jackson es la pérdida del Siglo, pérdida mayor sufre el mundo hoy con el deceso de ese genio de la música, del vídeo, de la danza, y del ritmo, a más que logró niveles célicos de libertad, libertad que espanta a los gazmoños y a los timoratos.
Más grande que él en su ramo de la múscia pop no hay, Jackson es fue y será el mayor y el mejor en la música popular contemporánea, es faro señero, ícono, arquetipo y paradigma para varias generaciones de artistas que a partir de él aparecieron, artistas que jamás lograron los célicos niveles egregios que el adorado Dios Michael Jackson.
Jackson, Dios de inconmensurable, Dios de infinita y Dios de inefable perfección artística, addenda, ícono y faro director de otros y de otras artistas los que sólo son remedos desleídos de el gran Dios que es y siemrpe jamás será el adorado Michael Jackson.
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