lunes, febrero 15, 2010
ALÁRABES
ALÁRABES
Cuando hube llegao al Canadá mi horror fue ver a los musulmanes, sobre todo ver a las mahometanas mujeres embozadas pues, me daba espanto ver que se permitía que vivieran y se pasearan por las calles ocultas bajo esos mantones y almalafas para mí tan extraños. Para mí es indebido que la gente se tape pues, uno se cubre para ocultarse de la ignominiosa afrenta o si uno es perseguido por la autoridad, así yo lo veía en ese entonces, ahora veo a esas mujeres como parte de mi contexto, con normalidad.
A más de ello hoy veo que es como para nosotros los occidentales taparse los genitourinarios penes, vaginas y testículos, así como el ano y las nalgas que, para los gazmoños pacatos moralinos es indecente e inmoral mostrarlos al aire a todo dios.
Para mí un musulmán era un mara salvatrucha a la ene potencia de peligroso. Esto porque en la Escuela de idiomas estudié con muchos de ellos y, no puedo decir que todos eran iguales pero muchos daban o metían miedo o susto (leer pánico y terror sí, ciertísimo). Muchos musulmanes que yo conocí con suma facilidad proferían la idea de que habría que liquidarnos a los no musulmanes.
Con suma facilidad estos individuos muslims con quiénes estudié, afirmaban desembozadamente y desbozalados que las canadienses eran putas y los canadienses putos o maricones.
Estos moros mahometanos alárabes eran en sus afirmaciones seres que inferian miedo en mí.
Hoy creo mi posición es antípoda a la de esa época, tal vez si no antípoda creo que a pesar que muchos no son un encanto y sí peligrosos, creo que más bien somos nosotros los que hemos ido a organizarles sus países y reinos de tal suerte que lo único que viven siempre es la miseria, el hambre y la desolación sempiterna. Siempre hemos apoyado gobiernos corruptos y sanguinarios enemigos de la libertad y de la democracia, además que les hemos impuesto gobiernos ésos dogmáticos llenos de cerrazón y estulticia.
Cierto que no comparto yo esas ideas de buenos y malos, ideas maniqueas torpes pero, veo que en mucho nosotros nos hemos ganado ese odio de ellos y sí, hay muchos que son altamente peligrosos por violentos y dementes, pero también hay mucha culpa nuestra pues mucha causa somos nosotros Occidente de su infortunio, dogmatismo y sufrimiento. Por ello es que voy con harta vehemencia a las manifestaciones callejeras contra las invasiones gringas.
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