jueves, marzo 11, 2010

Creo la vida acaba


En un breve lapso, todo acaece en mayo 2009 y en sus inmediaciones por días más por días menos, en ese lapso me halló mi primo Armando a quién yo buscaba hacía unos once años, asimismo en este lacónico lapso de tiempo supe de la muerte de Vicente Jorge y de toda su mayestática familia; por esta fecha no ha mucho me ha hallado, gracias al internet y a mi blog, mi dulce amigo Luis Sebastián, gracias a Luis Sebastián di con Luis Antonio amigo de la Universidad, Luis Antonio me dio los datos de Juan Manuel Bori el eximiio amigo mío de la Universidad, amando caro amigo, aunque para él -tan tonto- el que le diga que lo amo lo mal entiende y cree que hablo de boda y de magrearnos, no, amar a un amigo es lo que los simples llaman estimación y aprecio. Bori me ofrece el teléfono de Rosa María Durand, la lindura de compañera y amiga de la Universidad; en las inmediaciones de este mismo mes supe de la muerte de mi media hermana Rosalinda y hablé por vez primera en mi martingala vida con mi medio hermano, a quié no veo hace treinta años, quién según sus hijas tiene cáncer en los pulmones ¡martingala vida!. Tambén en ese aciaco mes primos me avisan que mi tía Yola murió, así como los abuelos de mi primo Armando quien me cuenta que tuvo un infarto; lo único bueno en esta señalada fecha, es que mi primo Armando se hizo ciudadano España, la Madre Patria, ésta es la ¡única buena nueva!.

Transido, acongojado y contribulado me dejan todos estos hechos acaecidos el mismo mes mayo 2009, me envejecieron esta retahíla de impactos en andanada. ¡Claro que me trajo inefable holgura a mi hipotálamo el haber hallado a toda esta pléyade de amigos y de parientes, amado cenáculo amado por mí!.

Estos presagios, augurios, pronósticos, oráculos, hechos, creo amén que me dieron alegría y que me dieron dolor, a fe mía, son los agorero de que mi ineluctable muerte, mi parca, se aproxima, cuando a Juan Manuel le pregunté por su prima Isaura me dice que hace veinte años murió, igual algunos agnados de Vicente hace veinte años que murieron, eso me da índice de que se aproxima mi hora nefanda, el trance postrero. La volición fenece. La muerte es el condumio de la vida.

1 comentario:

Anónimo dijo...

gracias amigo! gran post!