El centésimo trigésimo bello soldado canadiense de veintiún años de edad que es muerto en esa puta guerra a lo pendejo sólo para darle gusto a los pinches gringos.
Es deleznable y de mal nacidos enviar a estas hermosuras de varones a morir a lo pendejo a Afganistán.
Jamás he escuchado una causa válida de esa guerra; una vez una mona bellísima de la caja idiota, la televisión, decía que nuestros soldados iban a construir escuelas, la pobre chica periodista tuvo que aducir que las escuelas que construían los soldados se hallaban en zonas peligrosísimas a las que ella no tenía acceso, más bien era evidente que no hay las tan ladradas escuelas en cuestión. Últimamente la misma tele declara que ya no matamos talibanes sino que acompañamos a los afganos en sus tareas diarias, ciento cincuenta billones gastados para ir a acompañar a unos bárbaros barbudos que nos odian, ¡inverosímil!, unas horas antes Obama había declarado que sus soldados están en Afganistán para corretear a Osama Ben Laden. Así que hay naciones que van a hacer voluntariado de acompañar a ancianitos y otras que van a matar árabes. Medio estulto todo mundo, todos. Salvajadas declaran. Yo más bien creo que es el petróleo, gay, etc. que debe pasar por allí pero para estas sapiencias consultad mejor a Naief Yehya
http://naiefyehya.blogsome.com/
quien sabe de estos menesteres.
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