viernes, marzo 19, 2010

A Rosalinda


Ya moriste por tu cáncer, es extraño escribiros siendo que ya nunca me leerás, igual da, finalmente el dolor que me infligiste me enseñó que te había perdido, quiero engañarme y pensar que el cáncer te mofificó aunque sé que nunca me quisiste, como tampoco mi madre nos quiso a nosotros.

No niego que te contemplo y veo que eras linda, aunque tu feraz temperamento arrebatado me lastimó siempre, hermana, la ventaja es que tú jamás sufriste pues tuviste un hijo billonario del que te pudiste siempre ufanar con grandeza, eso era envidiable y grandioso.

Te fuiste sin decir adiós, igual daba pues me habías matado ya hace años, y yo a ti en mi cerebro que los ignaros llaman alma. Sepa dios a dónde te fue a inhumar o a lanzar Jorge Antonio, tu billonario hijo. Quiero saberlo.

Hasta siempre, María Rosalina de las Mercedes Machorro Mena.

Tu medio hermano quien un día te adoró aunque erré al hacerlo.

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