domingo, febrero 14, 2010

LOS SAUNAS EN EL CANADÁ



LOS SAUNAS EN EL CANADÁ


http://www.revistareplicante.com/4/apuntes03.html

En Canadá el anuncio que ostenta el sauna en su frontispicio es de gas neón, por ende es luminoso el anuncio que ostenta el nombre del local y a ojos vistas de todo dios, a ojos de “dioses griegos” sobre todo. Los saunas canadienses se hacen publicidad en internet, en diarios y revistas, sobre todo aparece la publicidad de esos sitios de lascivia y de descanso en las revistas y periódicos gai totalmente subvencionados por los gobiernos federal y provincial canadienses, diarios y revistas cuya distribución es gratuitas para toda la ciudadanía, fruto de la democracia dicho sea de paso.

En llegando al vapor sauna uno elige ya cuarto ya casillero; el cuarto en un vapor es con o sin televisión, depende lo que uno quiera pagar. Toda pantalla está conectada a la misma fuerte que es una película pornográfica homosexual. Hay saunas mixtos pero la mayoría son sólo para varones.

En seguida Sylvain el depediente me da toalla, condón y la respectiva llave de de mi casillero, Sylvain con mucha unción y comedimiento me pregunta de lo último que he descubierto en música barroca, coral y renacentista, ese dependiente y yo somos diletantes melómanos del barroco, charlamos un rato sobre la última grabación de Daniel Taylor con Suzie LeBlanc y Los Violines del Rey,acto seguido, lo dejo que continúe con su trabajo. Yo no cojo cuarto pues gusto de recorrer el lugar de inicio a fin hasta dar con el cuerpo deseado; en todo sauna canadiense siempre uno recibe un condón pues es sabido que uno va a un vapor por el tráfico carnal que allí se efectúa y no por la diáfana agua.

Hay cinco pisos en ése mi vapor por el que presento dilección. En el sótano está el cinema y el gimnasio, en la Planta Baja hay varias duchas, una pequeña alberca, sanitarios, vapor húmedo, saunay cafetería, en el primer piso está el cuarto obscuro y la inquisitorial Sala de Tormento para los amantes del cuero y de la piel, en el piso dos hay casilleros, demás dependencias análogas a las ya dichas y el salón fumador con televisión, el último piso lo forma La Terraza donde uno toma en pelotas el sol lo que es una experiencia inefable, jamás es igual tomar el sol desnudo que con traje de baño, es liberador tomar el sol en pelotas. Excepto la Terraza, todos los pisos tienen casilleros y cuartos, sanitarios y duchas.

Ya dentro del sauna uno debe pasear, caminar y caminar como en el Limbo, como alma en pena hasta que uno halle la Gloria que puede ser uno o varios efebos, yo, en llegando, me paseo de prisa, con avidez, con una angusitiosa avidez, con una férvida sed de placer carnal, busco deseoso, anhelante y pletórico de humores que me hacen febril de nerviosismo, reviso cada cuarto, cada rincón, reviso como policía el cuarto obscuro en busca del dios deseado por mí. En cada uno de los cuartos hay un mancebo que muestra lo que tiene y lo que está dispuesto a hacer, si está boca arriba el doncel muestra su polla erecta a punto de estallar, así él declara que es activo sexualmente hablando, si él está boca abajo ofrece su recto para lo que muestra sus hermosas nalgas, las que deben ser sobrepujadas de voluptuosa redondez para atraer el deseo de penetrarlo.

A diferrencia de otras latitudes el tráfico carnal en Canadá se da en la tranquilidad de la paz, esto nos hace que somos delicados para el sexo y nos toma tiempo consumarlo, por ello somos bien hechos pues buscamos el placer. Nuestras relaciones de sexo se nos dan sin violencia, esto obedece a que el sexo para nosotros no tiene la carga de culpa de pecar, nuestro sexo incide más en placer que en ataque o ultraje. Esto obedece a que en sitios ex profeso para fornicar, como justamente el vapor sauna lo es, la Suprema Corte dio la Sentencia en el sentido sagrado de que es legal y legítimo follar carnalmente esto es, refocilar, en lugares públicos creados para ese fin si es entre adultos que lo hacen de buen grado y con consentimiento mutuo.

Todo sauna en Canadá tiene su cuarto obscuro. El cuarto obscuro siempre es frecuentado por los varones que buscan hacer sexo indiscriminadamente. El cuarto obscuro es alucinante pues deja fantasear la mente y la libido.

En entrando al cuarto obscuro alguna mano anónima en la obscuridad, ávida, busca mi pene para cogerlo todo entero, aparecen en las sombras manos que buscan tocar, acariciar; un dedo lúbrico busca penetrar al través de mi recto hasta el núcleo del placer; la lascivia se puede rebanar en el aire que flota leve en el cuarto obscuro, el aire allí se olisca a sexo. Una boca besa mis labios, otra boca mama mi glande y angustiada y trémula busca sostener mi dídimo en sopandas con su vibrátil movimiento, una más frisa mi ano lleno con fibras nerviosas que comunican ipso facto sensaciones placenteras a mi sistema nervioso; lenguas todas que me llevan al paroxismo del placer; entonces, mi bálano y prepucio, henchidos de placer homoerótico, me llenan de calosfríos la espina dorsal del tan ingente carnal placer que me dan esas bocas delirantes de gozo; deliquio me otorgan esas diestras manos cuyos dedos acarician mis genitourinarios delicadamente, acarícianme todo con la tersura de un tisú holosérico, una boca muerde con levedad mis tetillas.

Todo ese concierto de sensaciones me eleva a niveles excelsos, esas bocas y esas manos me arrancan de la realidad fuera de mí poseído de frenesí.

Un sauna en Canadá es voluptuosidad y sitio justo para devaneos lúbricos de hombres heterosexuales uranistas, bisexuales y homosexuales. Falaz quien diga que es sitio exclusivo de gais ¡nada más falso! ese sitio ¡todo dios lo sabe! es más de hombres casados que buscan salaz placer con hombres que, sitio exclusivo de gays ¡quía, que me lo pregunten a mí que soy tan lúbrico y salaz yo de mí!. Al quídam que pretende dar uno su teléfono, en el acto ése replica: “no puedo llamarte pues soy casado y sólo vine a pasar el momento, no busco una relación estable sino pasar el rato, ¿de acuerdo?”

Finalmente para ayuntar carnalmente, mi búsqueda acaba cuando hallo en un cuarto las nalgas perfectas y el buen talle con una gruesa y luenga verga, velludo todo él es con vello rubicundo, carne nívea de translúcida blancura gala, rubio mancebo de ojos color verde, de hablar leve y de presto arrebato rijoso en el arrobo carnal. Después de varias felaciones recíprocas, febril por el nerviosismo entro mis dedos hasta la mayor profundiad posible de su recto, dedos que buscan algo: mi placer y el suyo pues mis dedos sacan gemidos de placer en el mancebo, luego, con denuedo, arribamos al címax en la penetración de mi pene en su recto, y, final como Dios manda, logramos el ingente, el inefable placer absoluto cuando la emisión del semen egregio sale lanzado en chisguetes que me hacen gemir a mí de gusto y placer. ¡Qué deliciosa es la lujuria Dios mío!

Como decían los griegos en la Antiguedad “post coitum triste”.

Este proceso del tráfico carnal, como rito, siempre que lo he terminado me reposo en la alberca para luego darme un baño.

Siempre antes de marcharme paso a la cafetería para ver con Sylvain el dependiente del vapor, a la vera de un café, cuáles nuevas joyas ha descubierto o comprado últimamente de: James Bowman, René Jacobs o Aflred Deller, de interpretaciones que éstos hubiéreden de oratorios y cantatas de Juan Sebastián Bach y del egregio John Dowland.

Ya terminado el objeto de mi visita me visto y, paso a la caja a devolverle a Sylvain la toalla y la llave del casillero para así largarme a la martingala vida real.


Ad Majorem Dei Gloriam

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