jueves, febrero 18, 2010

CHEVELLE


La Señora Irma, que en paz descansa, era la madre de Raúl, Raúl fue el único que no quiso masturbarse delante de nosotros, manolo sí lo hacía pero nunca tuvo una erección plena amén que tenía un grande miembro hermoso, él decía que no se le paraba bien porque la tenía grande. ¡Ah! por cierto, la Señora Irma Rioja tenía un CHevelle con trompetas sonoras clangorosas.

Carlos quien era bello, así como su bellísimo primo Miguel sí se masturbaban conmigo en lo que denominábamos 'competencias', las que eran para ver quién eyaculaba primero. Torpedad de niños, ahora uno busca eyacular los más tarde posible con la menor antelación posible.

El "Giggio" era hijo de un señor borracho y sin educación, él era pobre y siempre sentía el desprecio de de las demás familias clasemedieras de el barrio Narvarte.

Raúl tenía un primo, Eduardo, él también se masturbaba con nosotros. Lalo de decíamos. Lalo siempre vivió con la Señora Irma pues sus dos padres no quisieron jalar con él, la madre cambió de marido y el padre, un vulgar señor gritón y borracho, menos quiso saber de sus hijos. El pobre Eduardo al paso de el tiempo perdió el juicio y se suicidó. Hoy ya la señora Irma ha muerto. Era una buena mujer, aunque su casa siempre olía horrible pues su perra orinaba por toda la casa, la perra se llamaba "la Muñeca" y ladraba siempre esa perra fea. Lalo tenía una hermana delgadita y muy bella, Virginia, Vicky (como con cariño la llamábamos) también vivía en casa de su tía la Señora Irma.

Mi padre en veces nos llevaba a Morelos a nadar, allí nos masturbábamos alegremente todos, excepto Raúl, aunque Raúl me dio muestra de su semen para que yo viera que sí eyaculaba. Migue igual hizo, Migue con el tiempo vi que fue bellísimo de cuerpo, de cara y velludo, en fin, algo hermoso ese amigo tan amable.

Lamentablemente no recuerdo las pollas de mis amigos, sé que Carlos nos prestaba su cuarto de azotea para ir a masturbarnos todos, Carlos ponía un periódico en el suelo para que echáramos lo que en mi región llamamos "mecos" es decir el semen. La hermana de Carlos era psicóloga y ella fue quien dijo a mi familia que yo era puto. Mal haya ese aciago día, yo temblaba, siempre he temblado ante todo en esta puta vida mía tan martingala.

Por auqellos días yo tenía novia, era quie hubiere sido la hija de la ex vecina de mi madre. Ella muy enamorada de mí. Yo la quería como amiga pero no sentía ninguna pulsión sexual por ella sino más bien por mis amigos varones. Al paso de los años tuve que cortar con ella. Mi siniestra familia, principalmente mis tías, la odiaban, siempre la calificaban mal, la realidad es que hoy me doy cuenta de que para mi familia toda la gente es baja, abyecta y vulgar, a menos que tenga dinero, el dinero dice el Arcipreste de Hita que hace correr al cojo.

Aquí ha menester poner un disco de Alberto Cortez, que no sé, dicho sea de paso, porqué se apellida "Cortez" con zeta. Un disco con la canción que habla de las Ramblas cuando regresó a su pueblo, a su puerto a sus amigos. Yo nunca más vi a los míos aunque... yo no creo en la amistad, yo no creo que existan los amigos, ni un amigo, ni uno solo. De todos modos estas reminiscencias me atraen la nostalgia ahora que ya medio viejo me hallo yo. Nunca más veré a ninguno de esos amigos que tuve en mis mocedades pues, ahora yo en la otredad ¡imposible! por la distancia, distancia de la que habla mucho ese cantante macho que es Alberto Cortez que tanto me gusta, y me gusta aun cuando es macho pues sus letras lo declaran. Tal vez hoy él ya viejo ha madurado su machismo y ya es menos o ya no pervive en él, no sé, tal vez por viejo y por ser amigo de poderosos jerarcas es hasta fascista, no sé pero sé que sus canciones son hermosas.

Recuerdo cuando iba a San Miguel el Grande, en Guanaxuato, allí escuchaba mucho a Cuco Sánchez y a Alberto Cortez que tanto gustaba a mi tía María de Lourdes, tal vez fue por ella que conocí yo a Alberto Cortez. De Guanaxuato adoraba yo la Estudiantina de la Universidad de ese Estado de Guanajuato, hermosa música ésa la que dejaría la Madre Patria, España, en ésa, La Nueva España. Que por cierto no hay que olvidar la escoria de nombre que ostenta hoy la otrora Nueva España: "Estados Unidos Mexicanos", abyecto nombre réplica y remedo de los infelices gringos pues que su país no tiene nombre eso hay que dejarlo claramente establecido en estas letras mías tan chafarrinadas y tan farragoso.

De cerca o de lejos algunos de nosotros practicábamos la homosexualidad cuando niños. Nos tocábamos, nos mamábamos la pollita, nos metíamos el dedo en el rectal ano, nos besábamos, cierto que había más confianza con los amiguitos de la Primaria México que con los vecinos del barrio. Aunque hubo no uno sino más bien dos que eran mayores que nosotros, uno era compañero en la Primaria México, ese chico era mucho mayor que nosotros y le gustaba follarnos, él llevaba el artilugio de repetir años y de esa suerte siempre era mayor que todos y abusaba aunque no supe que nadie se quejara. Lo asombroso es que con la idea de que el "activo" no es homosexual él se ufanaba de que nos había follado, como sea tenía extáticos a los chicos en los sanitarios de la Primaria pues no sólo él era famosillo sino que los sanitarios eran justamente lúbricos sitios para ir a hacer sexo, recuerdo que una vez estaba yo con Kuri y afuera esperaba Juglar. El otro grandón era Alfonso, Alfonso era vecino, Alfonso era mayor, él era pasivo, lamentable que lo fuera pues tenía un pene hermosísimo y sus gametos cuando eyaculaba salían con una fuerta que alcanzaba una distancia luenga.

Siempre recuerdo con una singular alegría sin par, mi primera penetración que consumé sobre otro hombre, fue en la persona de Luis Sebastián, un noble quién se decía marqués de Lully. Luis Sebastián había sido compañero en la Preparatoria, la Preparatoria es cuando uno tiene veinte años, esto para las almas escandalizadas y que sospechan gratuitamente siempre la pedofilia, no, la mía era pederastia que la pederastia es homosexualidad, aunque últimamente los hideputas han secuestrado este hermoso vocablo para los pedófilos. En dado caso, nuestra pederastia entre Luis Sebastián y yo, fue en un vapor sauna al que él llevaba a los hombres para que le penetraran su anorecto con penes. Él fue quién me dijo cómo hacerlo. Amén que había yo follado y yogado con cientos de hombres y primos míos, nunca había yo penetrado sino hasta que Luis Sebastián me lo mostró, fue un placer inefable, eyaculé ipso facto. Me dio mucho gusto, placer y contento. Luego con el tiempo practiqué ese anal placer que es delectable, hoy soy más activo, mucho más, esto obedece a que la sexualidad cambia, varía, está en proceso siempre (proceso significa cambio). Luis Sebastián vivía una casona vieja hermosamente decorada, vivía con un taxista, la mansión la heredaría de su abuela, él venía de buena familia, sus padres vivían una gran casa estilo estadounidense de las que poseen varias recámaras y varios baños con espacio para coches y grande jardín frontero y postrero.

Gracias a mis padres, yo estoy dotado de un bálano formidablemente grueso, mi glande me ofrece el prestigio de poder gozar los hombres más bellos que existen, eso es algo egregio pues, lo digo fuerte y quedo, mi glande no se lo conozco a nadie, aunque he visto falos enormes, recuerdo siempre el de un cristiano egipcio quien posee el falo mayor que he visto siempre jamás, vamos, ni en las películas pornográficas he visto ese portentoso miembro viril tan grande de largor y de grosor. He de esclarecer que a más de enorme, goza de plenas erecciones duras y sostenidas, con eyaculaciones copiosas pues que veo penes por decenas que jamás ostentan erecciones y perviven fláccidos, como el de el yucateco Peón que amén de ser muy bello, su pene es un pellejo yerto. Conocí hombres bellisimos pero con penes pequeños que daba dolor ver, teles hermosuras con penes que daban ganas de ir a buscar otros hombres pues que, un hombre con pequeño pene, deja en mí la vehemente idea de que se aproxima, ese hombre, a la emasculación y eso es indebido por inaceptable, este aserto es indubitable.

Asómbrame que hay mujeres y hombres, hembras y machos, heterosexuales, homosexuales como bisexuales, asexuados, esto es, gentes que teniendo una pulsión sexual odian el sexo, lo desprecian, o simplemente lo soslayan; al yo decir que desprecian el sexo, es en la polisemia de ese término, voz o vocablo, es en el doble sentido y significado de que lo soslayan y de que lo odian.

Para mí el sexo es como el oxígeno, es insoslayable, indefectible es para mí el sexo, sin él no sé vivir, es la parte fundamental de mi ser, sin él yo soy un ser ansioso, frustrado, irritado, confuso, torpe, insatisfecho, bruto, estólido, necio, tozudo, impertinente, zafio, mendaz, locuaz, errático, porfiado, infeliz, triste, taciturno, zonzo, es decir que sufro.

Esos minutos de, como la llaman algunos afrogringos, de "posesión demoniaca", que más bien es para mí la posesión célica, son mi "Leitmotiv", el generador de mi vida y de mi ser en esta martingala vida. Una fuente que propugna mi ser a seguir en esta vida, una fuente de impulso que pugna para que ame esta vida, una reyerta contra la fmentida parca, es el sexo, el evanescente sexo. El sexo es delectación. Yo quien gozo de la dilección de los hermosos hombres. Yo quien gozo de la dileccón de los hombres blancos, velludos, nalgones, pitudos, con dídimos en luengas sopandas, como los toneles de vino tinto de la Rioja, yo que gozo de ver los rostros de esos "Ecce Homo" cuando goza con mi polla, con mis dídimos, con mi boca, con mis tetillas, con mi recto, con mi gruesísimo glande, con mis nalgas, con mis manos ávidas, con mi frenesí, con mi rijosidad impetuosa. Yo quien gozo de la belleza que es el "Ecce Homo", pervivo en propalar, insisto en signar que es un delectable placer inefable el refocilar, el ayuntar carnalmente con un hombre hermoso.

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