DESPENADO

- ¿Cómo dormían ustedes?.
-Como el águila bicéfala de su cesárea majestad católica el rey nuestro señor de la casa de los austrias.

-¿Quién le daba a quién?
-"Et nunc reges intelligite erudimini qui judicatis terram".

-Te va a llevar la chingada, ¡tú lo mataste!.
-Nunca antes debieron tanto a tan pocos.

-¡Te vamos a redundir en la carcel pinche puto!
-¡Ay! qué larga es esta vida y estos destierros, esta cárcel y estos hierros en que mi alma está metida, sólo esperar la salida me causa un dolor tan fiero... que muero porque no muero.

-¿Desde cuándo se conocían?
-Y desde que vimos tantas villas por dentro y por fuera del agua, y todas de calicanto, y no es cosa de maravillar lo que digo aquí: cosas nunca vistas ni aún soñadas todas del libro de Amadís.

-Dinos, pinche puto, q¡uién lo mató!.
-Pueblo, como toda autoridad se deriva de Dios, el hombre debe hacer sublime sirviendo a Dios en la persona de sus amos, no servimos al hombre, servimos a Dios, y quién sirve a Dios será recompensado, sólo una cosa os pido, a los ricos amor a los pobres... y a éstos: ¡resignación!.